No perdía su primer partido en una Copa del Mundo desde 1990, cuando cayó ante Camerún
PUENTE INFORMATIVO/Doha, Qatar
Argentina, una de las más grandes favoritas al título, y que venía con un histórico invicto de 36 partidos sin perder que le daba un aire de poderío, perdió contra una de las selecciones, en el papel, más débiles de la competición: Arabia Saudita.
Messi ponía en ventaja al minuto 10, por la vía del penal, a la Albiceleste. Pero la historia cambiaría. Al minuto 48, Saleh Al-Shehri tomaría por sorpresa a los de Scaloni y al mundo y marcó el empate.
Y cinco minutos después, lo inimaginable: Arabia Saudita remontando el marcador. Salem Al-Dawsari marcaría un golazo al 53′.
No hay duda de quién es el líder de la selección argentina, ni dentro ni fuera del terreno, Lionel Messi, cuyo nombre lucía en cada paso, en cada pancarta, en cada aficionado; una figura global que traspasa las fronteras, los colores y los equipos, que, a 13.300 kilómetros de su país, también acaparó el foco en el estadio de Lusail, hoy insuficiente para esquivar el fracaso de su equipo, que tiró una racha de tres años y cuatro meses, de 36 encuentros invencible, en cinco minutos, en una zozobra general.
Eran tres años y cuatro meses sin una sola derrota de Argentina, desde julio de 2019, desde la semifinales de la Copa América 2019 ante Brasil, en un recorrido que lo proponía como una de las favoritas más firmes al título en Qatar 2022: 25 victorias y 11 empates. Había ganado ocho de sus últimos nueve encuentros, los cinco más recientes sin un solo gol en contra, con 19 a favor, tres de ellos precisamente a Italia en la ‘Finalissima’ del 1 de junio, hasta que, de repente, cinco minutos y dos goles lo cambiaron todo para Argentina.
No ha alcanzado a equilibrar los 37 duelos invicto que logró la ‘Azzurra’ entre 2018 y 2021, ha desprendido unas dudas desconocidas, entre el gesto de incredulidad en el banquillo de su propio técnico, Lionel Scaloni, en un batacazo cuyas consecuencias dependerán de los próximos dos choques, de si es capaz de ganar o no a México y Polonia, mucho más fuertes sobre el papel que Arabia Saudí, que agrandó su historia contra una de las ‘grandes’.